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El MOLDE de la palabra
Las palabras podrían darle forma a las experiencias, y no al revés. 
Por Martin Garello Publicado en Sin categoría en 30 marzo, 2023 0 Comentarios 1 min lectura
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Uno de los problemas —o mera situación limitante—, es cuando el escritor, como canal, no como panfletista, debe hacerse a un lado del molde de la palabra.

La palabra presupone un contenedor que ha de contener —valga la redundancia— lo que interpretaré: como la forma que dará cuerpo a la experiencia, sea viva o ficcionada; es de algún modo un recuerdo adecuado a esa forma.

Yo, en mis vanidosos actos de constructor, sospecho que podría quedar al margen de la palabra, aunque no lo haga. Hay mucho más que lo que puede decirse, claro está, pero más allá no puedo ir si no me quito palabras que den forma establecida, que sean ellas las que amoldan la experiencia.

Quiero decir: el sentimiento de la caída del lápiz que no alcanzo a sujetar, el párpado que apenas se abre luego de un desmayo, la oscuridad que hay antes del rayo, el grito de la hoja que está blanca, todavía.

Eso aún no se ha dicho, creo saber, y no podré decirlo tampoco yo.


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